En todo blog hay una primera entrada, y este no iba a ser menos.
Abro este nuevo blog por la imposibilidad de continuar con el anterior. No es que me lo hayan cerrado u olvidase la contraseña, es que no tiene que ver prácticamente nada conmigo. Fue abierto en los albores de 2008, con una gran tendencia por mi parte a no dudar de lo que me decían los señores con coche oficial y a creerme las alabanzas de quienes quieren algo de mí.
Así pues, cuando recordé que tenía un blog (en algún momento tenía que acordarme) releí lo que había ido publicando a lo largo del tiempo. Luego lo releí. Por último volví a leer con morbo algunos fragmentos concretos. Y me pregunté seriamente qué estaba consumiendo en el momento de escribir ciertas entradas y frases.
Por no hablar, además, de los experimentos con la interfaz y el diseño. Si había un gadget inútil que añadir, yo lo ponía.
Mi primera intención era reutilizarlo, solo tenía que cambiar prácticamente el 80%, borrar masivamente y revisar todas las descripciones. Claro que entonces sería como un blog distinto, nuevo, y me dije "¿entonces no sería mucho más lógico abrir uno realmente nuevo?
Alguien dijo una vez que se debe desconfiar de quienes ocultan su pasado y sus errores, postura que comparto instintivamente.
Así pues, esta es la primera entrada de este blog neonato. Un refrescante cambio que ya estaba tardando.
Sólo los estúpidos se avergüenzan de partir de un punto para llegar a otro, y la razón es simple: ellos suelen quedarse anclados en ese punto primero, girando sobre sí mismos como una peonza, mirándose el ombligo, abducidos por cantos de sirenas que los atraen a un vacío intelectual y personal que ellos creen llenar con falsos halagos, y al perseguir sueños y metas ajenos durante tanto tiempo, ya no recuerdan que nunca fueron los de ellos.
ResponderEliminar¡Un brindis por ese cambio y por el valor de reconocerlo en público amigo mío!